Los seres vivos necesitamos el agua para vivir, y en parte se debe a que nosotros venimos de un medio acuático.
Es sorprendente ver cómo un bebé que acaba nacer en una bañera llena de agua, tiene como primer instinto nadar. Lo mismo ocurre con los recién nacidos a los que meten en una piscina o playa.
Ya desde el vientre materno, estamos flotando en agua, por lo que no es de extrañar que, el mar sea una de las cosas que más nos fascinen y atraigan.
Y cuando hablamos del mar nos referimos a todo el medio marino.
Si es tu caso, es decir, si el mar es una de tus pasiones y/o es una de tus formas más recurrentes para relajarte, te recomendamos el siguiente masaje, el masaje terapeútico de conchas calientes.
Es probable que hayas escuchado hablar o incluso te hayan practicado un masaje con piedras calientes, de este ya hemos hablado. La práctica de ambos es muy parecida.
El hecho de escoger las conchas marinas se debe, entre otras cosas, a la gran fascinación del ser humano por las mismas.
Tanto por sus exóticos diseños, como por esconder el sonido del mar. Algo que encontrarás en este masaje.
La duración del mismo, suele ser de aproximadamente 50 minutos. Aunque esto puede variar dependiendo del centro de bienestar que elijas, así como de si has elegido un pack, un masaje en pareja, etc.
El masaje terapéutico con conchas calientes, consiste en colocar las conchas, como es obvio, calientes, en los puntos energéticos del cuerpo, mientras se da un típico masaje sueco en el resto del cuerpo.
De esta forma, el calor de las conchas favorece la relajación muscular, y si le añadimos la presión de las mismas, ayuda a la reducción de las contracturas.
Si le sumamos la fricción de las conchas, vamos a conseguir una estimulación del riego sanguíneo.
Si a todo esto, le sumamos el masaje y el sonido interno de las caracolas, conseguiremos una desconexión total y una experiencia inolvidable.