Tomar un baño en una sauna finlandesa es uno de los grandes placeres de la vida. Su origen, como puede ser obvio, surgió en Finlandia. Era una forma de tomar un baño cuando el agua estaba demasiado fría.
Se trataba de calentar una sala de madera con una caldera, la cual tenía piedras encima a una temperatura muy elevada.
Luego, se le rociaba agua e incluso hielo, a las piedras, para que se evaporara produciendo humedad.
Esto hacía que, las personas que estuviesen dentro de la sala de madera, comenzaran a sudar y eliminar toxinas.
Con el paso del tiempo este tipo de saunas evolucionaron, pasando a ser eléctricas.
Si no sabes cómo se usa la sauna finlandesa te haremos un pequeño repaso.
Cómo usar una Sauna Filandesa
En primer lugar, se recomienda encender la sauna media hora antes de usarla, para llegar a una temperatura de entre 80 y 100ºC.
Puedes añadir ramas de árboles aromáticas para liberar su aroma en la sauna, las más habituales son eucalipto, menta, o lavanda, entre otras.
Una vez dentro de la sauna, permaneceremos unos minutos para luego salir y refrescar el cuerpo con una ducha. De esta forma, evitamos la deshidratación. Este mismo proceso ha de repetirse unas 4 o 5 veces.
De igual forma, seguro que no conoces algunos datos curiosos sobre las saunas finlandesas. Por ejemplo, existen saunas de hielo.
Las saunas de hielo están construidas únicamente con bloques de hielo, capaces de calentar muchísimo.
Por otro lado, existen las saunas portátiles, que puedes transportar y montar, donde nos apetezca o creamos conveniente.
Pero también, encontramos saunas móviles, se diferencian a las anteriores en que, las saunas móviles están en movimiento. Es decir, las hayamos en vagones de teleféricos, cabinas de teléfono, etc.
Incluso, podemos encontrar saunas culturales, donde se celebran actividades culturales, tales como, lecturas de poesía, festivales de música…
¿Te animas a probarla y descubrir este gran y beneficioso tratamiento?